
Las personas que más te desilusionan son aquellas a que más importancia le damos...¿no?
Es como si fuéramos de humo, evanescentes y efímeros. No hay contratos que valgan, no hay anillos ni criaturas que nos aseguren la constancia... ni siquiera la propia determinación... ni siquiera las ganas que uno le ponga.
De todas las cosas que se rompen... hay algunas que se pueden arreglar, otras que se pueden soldar y quedar mejor que antes y otras... simplemente... quedan rotas.
No me quiero romper... alguien me pasa la gotita?