miércoles, 9 de septiembre de 2009

ah... la teatralidad.





Ultimamente.... la teatralidad me duele, me tira, me pica, me rasca también.

Miro a los costados... y no sé qué hay, no sé qué ver.
Divago un poco, pero mucho no puedo... no hay tiempo... no tengo tiempo. No es mío.

No estoy para estos trotes ya... el tiempo que sí tuve se está notando y los años que sí fueron míos me están pesando. Miro atrás y a veces no tengo arrepentimientos, y otras tengo tantos que no me dejo pensar.

Quiero escribir... capaz entre mis anotaciones y mis publicaciones cibernéticas encuentre algo... hay algo, hay vagos recuerdos de algo... que quiere salir.

Pero no hay tiempo en mis días

entonces es que me salen las preguntas: ¿pero vale la pena? ¿para qué hice todo esto si no es para poder escribirme, cantarme, bailarme, actuarme? para qué leo, estudio, practico... tiene sentido?

o ahora creo que sólo persigo un futuro económico con la promesa de algún día hacer lo que de verdad llama mi corazón.
Me volví a atar a algo... será, quizás, que tengo miedo a volar.

¿Cómo no comparar caminos? lo mejor es mirar hacia adelante y en todo caso, elegir de otro modo más adelante, pero no lamentarse por lo que no se eligió... pero a veces no puedo... a veces me quiebro, caigo despacito como en un vacío y veo cómo se achica la luz del día mientras me hundo más y más.

Pero tengo por quién salir, y por quién estar fuerte y no quebrarme... así que supongo que me iré a dormir y cuando me despierte y oiga su voz... Ya estaré bien.


Gracias a la vida que me ha dado tanto... tengo mucho, mucho de verdad, que agradecer.

Aah... la teatralidad, me abandona y me aborda caprichosamente. Con ella se lleva mucho de mis ganas.





Pero sigo acá, ¿no se ve?


¿cuenta? ... mmm... habrá que ver.